viernes, 29 de mayo de 2009

RELATO Nº2

Historia sin historia



La conocí en la estación y, desde aquel día, no he olvidado sus palabras. Durante algún tiempo, viajé regularmente en el AVE a Madrid. Tomaba el primer tren y regresaba en el último. A esas horas, Santa Justa había perdido su habitual bullicio. Tal vez por eso reparé en ella: siempre allí, sentada en el mismo sitio del andén, sin equipaje, aire ausente, mirada perdida. Rondaría los cincuenta.
La curiosidad venció mi timidez.
¾Discúlpeme. ¿Puedo ayudarla?
¾Espero el viejo tren, el de la carbonilla...
Era una respuesta insólita y prometedora. No sabía qué pensar, tal vez se trataba de una chiflada, pero decidí continuar.
¾¿ Nostálgica?
¾No, debo coger ese tren. Necesito recuperar mi pasado.
¾El pasado va con usted, es parte de su historia.
¾No hice mi historia, ellos la hicieron por mí. Asistí, como tantos otros, a la burda representación que me ofrecieron.
¾Historia de una espectadora... ¿No vio, o, no quiso ver?
¾No tengo respuesta. Muchos vieron y pagaron cara su lucidez. Tal vez mis gafas fueron las de la cobardía.
¾Es posible, pero la culpa es mala consejera. Levántese, abandone este andén. Debería afrontar su futuro.
¾No me ha entendido. Hablo de mí, de saber quien soy. No viví, me vivieron. No puedo arriesgarme a viajar sin identidad. Ellos siguen ahí, de otra forma más sutil, pero siguen ahí.
¾¿Quiénes son ellos?
¾¿No los conoce? Debería saberlo. Son autores, guionistas, directores, intérpretes y tramoyistas de esa falaz representación que llaman “Historia”. Los demás, simples comparsas, meros espectadores.

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