viernes, 29 de mayo de 2009

RELATO Nº19

Minuto de gloria
Por Suli Mon



Una sirena; eso, una sirena. Pero una sirena de verdad, una sirena de carne y hueso. Una sirena de piernas largas saliendo del mar, literalmente.
Yo estaba tumbado al sol, arena adentro, y levanté mi cabeza unos centímetros. No sé, algo hizo que me irguiera en ese preciso instante. Ella, seguro.
Mis codos apoyados en la toalla de sirenas plateadas, un regalo de mi madre medio bruja, y el derecho doliéndome a rabiar. Tenía una china debajo, pero yo, incapaz de movimiento alguno. Edith retando a Dios, inmóvil para siempre. Ondas doradas chorreando el mar hombros abajo, y todas las olas de su cuerpo de sirena en movimiento hacia mí. Hacia mí sin mirarme ni una vez sus ojos verdes, la diosa del mar. Y ciega de mí tropezó conmigo. Mis piernas inertes, ya digo, mi cuerpo entero yerto.
Cayó encima de mí, justo encima de mí. Su pelo en mi boca, su aliento en mi cuello, sus rodillas clavadas como clavos en las mías -ni una pizca de dolor, lo juro-. Mi mano izquierda en su cintura frágil, la derecha en la cadera, creo, su piel abrazándome, abrasándome. Lo que tardó en recuperarse, ni un minuto sería.


No hay comentarios: